Hannibal, nos muestra en su primera temporada
a un Lecter en su rol de psiquiatra, un hombre de suma inteligencia y gran
elocuencia. En un inicio él no es presentado como el protagonista de
la serie, centrándose primeramente en Will Graham, un ex agente del FBI, que
dotado con un alto nivel de empatía se introduce en las mentes de los asesinos,
razón por la cual sufre de cierta inestabilidad y deja el campo para dedicarse a enseñar a oficiales en formación.
razón por la cual sufre de cierta inestabilidad y deja el campo para dedicarse a enseñar a oficiales en formación.
Sera a petición de Jack Crawford que volverá al
trabajo de campo con la intensión de atrapar a un despiadado asesino en serie. Siendo
el Dr. Lecter el encargado de supervisar el comportamiento de Graham, quedando
así bajo el control de un psicópata.
¿Psicópata?, sí, pero
con una pasión por la gastronomía, con un sentido del gusto y del olfato
excepcionales al igual que sus dotes de anfitrión, que le hacen una artista. Y
es que la alta cocina es una de los elementos dominantes de la serie, y que aun tras saber que el ingrediente principal son las victimas del Dr. Lecter los
platillos nos parecerán escalofriantemente deseables.
Creada por Bryan
Fuller, Hannibal fue una serie ambiciosa, que pese a la elegancia y
sofisticación no tuvo una buena acogida, quizás en parte porque el contenido no
es para todo el mundo convirtiéndose en un manjar que solo unos privilegiados
supieron disfrutar.
Hay que comentar claro
está que el reparto es sumamente atractivo, encabezado por Hugh Dancy, Mads
Mikkelsen y Laurence Fishburne, claro
que algo verdaderamente atrayente de la serie es el dúo conformado por ambos
protagonistas.
Cabe destacar y de
cierta forma advertir que el Hannibal Lecter de la serie es muy diferente al
que nos presentó Anthony Hopkins, no obstante, la persona que ahora escribe, ve
en Mikkelsen un digno sucesor. El actor danés nos muestra
una actuación magistral que logra poner los pelos de punta.
Su trama se cocina a
fuego lento y se basa casi enteramente en la relación de Lecter y de Graham,
donde los personajes secundarios son peones que están perfectamente colocados
en el tablero realizando un movimiento en el momento idóneo. Cuanta también con
una fotografía que resulta tan atractiva como siniestra, todo completado con
una trama de los más exquisita dando como resultado un trabajo de alta calidad.
La serie cuenta con tres temporadas, de trece
episodios cada una, cada temporada mejor que la anterior, y con unos finales de
temporada que simplemente te dejan deseando más, y que tras su cancelación se ha convertido en
una joya que sus más adeptos fans extrañaremos. Como he dicho no es una serie
para todos los gustos, pero a la que bien valdría la pena darle una oportunidad.
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